El biberón como última elección

Angelina Perna Chaux, IBCLC

Vivimos en un mundo tan occidentalizado, que hemos olvidado lo que debemos hacer en cuanto a la alimentación de un bebé. Este post lo escribo con el ánimo de enseñarles lo que debemos rescatar como lo natural, cuando hablamos de alimentación de un lactante amamantado. Está dedicado a madres que su primera opción es la lactancia materna, y que desean salvaguardarla o rescatarla.

Con respeto aclaro que: No me considero enemiga del biberón, ni mucho menos lo satanizo. Pero sí, quiero enseñarles lo que hay detrás de esta práctica, cuando no conocemos su efecto y deseamos amamantar.

Al final, soy madre y comprendo la duda que muchas atraviesan. Conozco del tema y por eso no lo promuevo. Quiero que este post lo lean con esta razón de ser, porque nos deja aprendizajes valiosos.

La decisión de cada madre de introducir el biberón debe ser personal, y basada en información veraz. En este post, me centraré en los efectos en bebés de 0-3 meses de edad, ya que existen otros métodos de suplementación más amigables para la lactancia materna en esa etapa, y su continuidad.

¿Por qué el biberón no se recomienda en los primeros días o semanas?

El biberón ha sido recomendado por años por profesionales e instituciones de salud, simplemente porque es la manera más sencilla y rápida para alimentar al bebé.

Sin embargo, a través del tiempo, los diversos estudios clínicos y epidemiológicos de la lactancia humana han demostrado constantemente que la introducción prematura de un biberón y su mala praxis han estado detrás de las bajas tasas de lactancia en todo el mundo.  (Chen, X. et al 2015)

Hoy en día, nuestra labor como consultores de lactancia es la de informar para que tomen decisiones acertadas y coherentes con su lactancia. Los profesionales de la salud, que trabajamos o estudiamos la lactancia materna, sostenemos que son muchos los factores que están en juego.

“Un biberón en edades tempranas, hace que los bebés desaprendan o nunca aprendan a mamar correctamente del pecho. Generando más dolor al amamantar, poniendo en riesgo la  producción de leche, causando que las tomas sean insuficiente e ineficaces, conllevando así, a problemas posteriores en la lactancia e incluso al bebé.”

-Angelina Perna Chaux

¿Cuáles son esos factores en riesgo del biberón?

Cualquier biberón que haya en el mercado interfiere de una u otra manera con la lactancia. Como IBCLC esto lo sabemos y comprendemos y por eso, es que no podemos hacer caso omiso a la situación.

El marketing de biberones nos ha vendido la idea errónea que son amigables con la lactancia, como si no interfirieran, y la verdad es que no es así. A corto plazo, puede crear confusión y a largo plazo, estas afectaciones se dan en el desarrollo maxilofacial, causando deformaciones.

En este post, entenderás el impacto real que generan en la confusión de succión al preferir el tetero, causando problemas en la lactancia, desplazándola poco a poco, amenazando su continuidad.

Las primeras 13 semanas de vida

Succión

La succión del pecho es muy distinta a la del biberón.  Cuando este se introduce en los primeros días o semanas, el riesgo de confusión de pezón es alto. Mientras que en el pecho se habla de una succión con presión negativa, en el biberón se hace una presión positiva. Para entenderlo, debemos saber que:

  • Los músculos periorales, compensan la fuerza y movimientos de la lengua, haciendo movimientos distintos, cuando el bebé toma de pecho o del biberón.
  • En el pecho, la presión negativa viene acompañada de movimientos ondulatorios que van desde la punta de la lengua hacia atrás, como una ola.
  • Se ejerce una presión negativamente a la vez que comprime la areola para extraer la leche. (Inoe et al, 1995)
  • Cuando damos biberón, la lengua no se mueve desde la punta hacia atrás.
  • El bebé succiona el biberón y la lengua se mueve de atrás hacia adelante, con el fin de aguantar el gran flujo de leche. En este caso, más que la compresión al “pecho”, es succión del biberón. (Sakashita, et al, 1996)

Vacío

Cuando el bebé acopla el agarre al pecho se realiza un vacío que varía durante la succión y la permanecía en el pecho, durante el ciclo de succión, deglución y respiración.

  • La media de vacío generado en la succión del pecho es de 122mm Hg. El chupo calma, de una marca reconocida que me abstengo a nombrar, genera 67mmHg de vacío. (Geddes et al, 2012).
  • El vacío basal es aquel que permite la elongación y el posicionamiento correcto del pezón en el paladar blando, manteniendo el vacío durante las succiones. En pocas palabras es el que mantiene el agarre en el pecho durante la compresión del pecho. Este es de 31mmHg, comparando a los otros biberones que son 0 y el chupo calma es 12mm. (Segami et al , 2013)
  • Lo que ocurre en niños alimentados con biberón es que, pierden la capacidad de mantener la fuerza del vacío, ya que los músculos necesarios en la succión biberón se debilitan. (Ross y Fuhrman, 2015)
  • Al agarrarse nuevamente del pecho, llevan ese hábito al pecho, liberando constantemente el vacío mientras intenta agarrarse múltiples veces durante la misma toma. Esto puede ser muy perjudicial en niños de bajo peso y prematuros, por la incapacidad de hacer tomas efectivas. (Ross y Fuhrman, 2015)

Función motora oral 

El crecimiento del complejo craneofacial de los bebés depende enormemente de los estímulos de succión, deglución y respiración, de la masticación y deglución. Todo esto, juega un papel fundamental en lo que será el desarrollo de la morfología maxilofacial del niño y la salud general. (López, Y. 2016)

  • La lengua la forman 17 músculos que se mueven de tal manera que permita al bebé extraer la leche.
  • Los 20 músculos de la cara son esenciales para apoyar a la lengua en la comprensión del pecho.
  • En bebés que toman directo del pecho tendrán un crecimiento óptimo de sus estructuras craneofaciales y maxilares (López, Y. 2016)
  • Una alteración en el movimiento y fuerza normal de la lengua, causada por el biberón, se verá reflejado en la compensación que harán los músculos de la cara, afectando la compresión natural del pecho.
  • En bebés alimentados con biberón los músculos buccinadores y maseteros acaban por compensar la función alterada de la lengua durante la succión. (Ferrate et al, 2006)
  • Esto conlleva a debilitar otros músculos, importante necesarios en la succión del pecho y deglución de la leche, como los son los músculos estilogloso y palatogloso. (Ferrate et al, 2006)
  • Se generen menos succiones, se pierde la fuerza y afecta negativamente el ciclo del patrón succión, deglución y respiración. (Goldfield et al, 2006)

Flujo de leche

Cuando hablamos de flujo de leche, nos referimos al volumen y la velocidad a la que baja la leche, sea por el pecho o el tetero. El flujo de leche varía en tiempo de lactancia, edad del bebé, condiciones fisiológicas y mucho más.

    • A la vez, es variable en cualquiera de los dos casos, lactancia o biberón.
    • Naturalmente, los bebés amamantados tienen y adquieren mecanismos para regular el flujo de leche, aunque sabemos que en exceso puede ser un problema.
    • Sin embargo, este es un tema problemático a la hora de escoger un tetero.
    • En el mercado existen teteros con tasas de flujo desde 6mL/min hasta 60mL/min. (Jackman, 2013).
    • Escoger mal el flujo del tetero para la condición clínica o física del bebé puede generar problemas.  (Jackman, 2013).
      • Un tetero de alto flujo para un bebé debilitado puede causarle bradicardia y episodios de desaturación.
      • Tomas rápidas se asocian a mayor cantidad de leche en menos tiempo y se pierde la capacidad de autorregulación de la ingesta natural, generando sobrealimentación.
      • Un tetero con flujo lento puede causar fatiga, frustración y conllevar a un mayor gasto de energía.

¿Qué puede pasar si sigo usando un tetero?

Simplemente:

  • Se puede empeorar la confusión de pezón/tetina.
  • Se pueden alterar los ciclos naturales de succión, deglución y respiración.
  • Ocasionas succiones desorganizadas y al azar.
  • Se generan consecuencias negativas en la salud del bebé.
  • Contribuyendo a la pobre ingesta o inadecuada.
  • Baja la producción de leche .
  • Puedes provocar riesgo en la desaturación del bebé.

¿Esto siempre pasa?

Lo que, si debes tener en cuenta, es que entre más pequeño en edad es el bebé, MAYOR será el riesgo de una confusión.

Este no significa que después de un tiempo el riesgo disminuye considerablemente, porque siempre hay un grupo de niños que se pueden confundir a cualquier edad. Otros, tal vez más maduros en su succión o aprendizaje, logran acoplarse a ambas succiones.

¿Cuándo podré darle un biberón a mi bebé?

¡Aclaro! No tengo ningún conflicto de interés. Estas recomendaciones están basadas en los estudios. No promuevo el uso del biberón ni de tetina. Estoy informando basada en la ciencia y la realidad de las madres.

La introducción del biberón parte de una la decisión de la familia y una consulta con la consultora.

Ten presente lo siguiente: siempre y cuando tu lactancia esté instaurada, tu bebé hace tomas directas del pecho con eficiencia, ha cumplido más de 3 meses y no existen antecedentes de ninguna alteración en la función motora oral, puedes evaluarlo con un profesional de la salud o una consultora de lactancia.

Rescatemos lo natural de la lactancia materna

La lactancia materna es lo que el bebé debe recibir cuando nace, y lo ideal es mantenerla por meses o años, hasta que ambos lo decidan. Es el deber ser de lo natural y un derecho universal para el bebé.

Sin embargo, comprendo y entiendo que existen motivos ajenos, que por la razón que sea, los bebés deben ser alimentados por otros métodos. Para esto también los invito a leer, Métodos para suplementar a mi bebé, y,

“Saber que un bebé maduro, puede pasar a otros métodos para tomar la leche, sin necesidad de probar en su vida un biberón”. -Angelina Perna Chaux

Bibliografía

Chen, X., Xia, B. & Ge, L. Effects of breast-feeding duration, bottle-feeding duration and non-nutritive sucking habits on the occlusal characteristics of primary dentition. BMC Pediatr 15, 46 (2015). https://doi.org/10.1186/s12887-015-0364-1

Geddes DT, Kent JC, Mitoulas LR, Hartmann PE. Tongue movement and intra-oral vacuum in breastfeeding infants. Early Hum Dev. 2008;84(7):471–7.

Inoue N, Sakashita R, Kamegai T. Reduction of masseter muscle activity in bottle-fed babies. Early Hum Dev. 1995;42(3):185–93.