Mi bebé se agarró bien al pecho

Angelina Perna Chaux, IBCLC.

El agarre eficiente de nuestro bebé al pecho, desde el inicio de la lactancia, puede determinar el futuro de la misma porque interviene en la decisión por parte de la madre de continuar o abandonarla. Un agarre ineficiente acaba por lastimar los pezones y, por ende, afecta desde la producción adecuada de leche, posiblemente causando problemas más graves como una mastitis o absceso, hasta perturbar el aumento del peso del bebé, entre otras consecuencias. Estas últimas, simplemente por el hecho de no extraer la leche necesaria.

Es por esto que es de enorme importancia el hecho de que todas aprendamos lo que representa que nuestro bebé agarre de manera adecuada el pecho y que, en el caso contrario, tengamos las herramientas para actuar con rapidez, solucionarlo prontamente y si es necesario, solicitar ayuda de una consultora de lactancia. Estar informadas nos permite tener más confianza en nosotras mismas y con paciencia y dedicación, podremos guiar a nuestros bebés para conseguir ese enganche ideal.

La posición del bebé y la postura de la madre son fundamentales para lograr que nuestro pequeño se sienta cómodo y se acople correctamente al pecho. Un agarre eficiente es aquel que nos genera placer y tranquilidad y que a la vez nos muestra a un bebé placido, satisfecho y alimentándose adecuadamente. Esto último se intuye también por los pañales mojados y sucios y por el aumento adecuado de peso y talla.

¿En qué se resume que un agarre sea el adecuado?

El agarre adecuado o correcto de nuestro bebé al pecho viene acompañado de la estimulación previa de la punta de su nariz con el pezón. Son momentos secuenciales en los que el bebé tira la cabeza ligeramente hacia atrás, abre ampliamente la boca y atrapa el pecho.

Dentro de su boca, el pezón y la areola se modifican de tal forma que el pezón queda en la parte más profunda la boca, en el paladar blando y por los movimientos primordiales de la lengua, es capaz de extraer la leche.

Revisaremos varios puntos para tener en cuenta y que nos guían en la obtención de un correcto agarre del bebé al pecho.

“Recuerden que es el bebé quién va al pecho, NO el pecho al bebé.”

Posición del bebé

1. Barriga con barriga

Al sujetar a nuestro bebé en brazos debemos girar y orientar su cuerpo de manera que quede de frente a nuestro cuerpo.

  • Es un error llevarlo al pecho con su cuerpo mirando hacia arriba; típico de un bebé alimentado con biberón.

2. Cara de nuestro bebé frente al pecho

La manera más fácil de lograr que la cabeza de nuestro pequeño quede de frente al pecho es la de poner su cabeza en nuestro antebrazo y no en la comisura del codo; recomendación especialmente en bebés recién nacidos.

  • En el caso contrario la cabeza del bebé tiende a quedar a un lado del pecho y le puede resultar incómodo, agarrarlo cómodamente.

3. Cabeza ligeramente hacia atrás y el cuello alineado al cuerpo

Esto permite que las vías aéreas de tu bebé estén despejadas y así tendrá más facilidad para deglutir.

  • Si su barbilla o nariz reposa completamente en el pecho puede bloquear la deglución y le entrada del aire y resultar peligroso. Si esto llega a pasar mantén la calma, alza a tu bebé para que respire profundo y vuelve a intentarlo.

Agarre al pecho

1. Boca ampliamente abierta

La boca abierta en su máxima amplitud permite que la lengua ingrese y se acomode de tal manera que nuestro bebé sea capaz de moverla apropiadamente para extraer la leche.

  • Si la boca no está bien abierta se debe soltar el pecho.
  • Con las manos limpias puedes colocar tu meñique en la comisura del labio para que suelte.

2.  Labios evertidos y sellados

Los labios superior e inferior deben estar vueltos hacia fuera y herméticos al pecho, para así lograr la movilidad necesaria de la lengua y la mandíbula para las tomas.

  • Mantener los labios herméticos al pecho, igual a la de una chupa, evita la entrada de aire que puede causarle molestias a tu bebé, como son los gases.
  • En caso de que los labios estén metidos puedes sacarlos con el borde del dedo índice y realizar un pequeño movimiento para levantarlos. Esto mejora el agarre y la toma, y a la vez, le estamos enseñando.
  • Si llegas a sentir dolor o molestia y la boca está un poco cerrada, puedes soltarlo e intentarlo de nuevo.

3.  Nariz tocando levemente el pecho y la barbilla reposando en él

Las vías aéreas de la nariz de tu bebé deben quedar despejadas y la nariz puede tocar o apenas rociar el pecho, más no debe quedar espichada contra él. La barbilla debe quedar justo al pecho.

  • Si su nariz está muy separada debes revisar la forma en la que estas sujetando al bebé. Revisa que su cara esté de frente al pecho, su barriga con la tuya y que su cabeza repose sobre tu antebrazo, no en la comisura del codo.
  • Posiblemente la gravedad esté ejerciendo la fuerza y separando a tu bebé del pecho. Intenta inclinarte un poco hacia atrás y dejar que el bebé repose encima de ti.

4. Pezón y gran parte de la areola dentro de la boca de tu bebé

Cuando el pezón y areola entran a la boca de tu bebé, este se deforma y se moldea formando una estructura larga que ocupa gran parte de su boca. El pezón deja de ser esa punta que creíamos ser un chupo y se vuelve una pequeña parte del largo complejo y se sitúa muy detrás, en el paladar blando.

  • Si en la succión sientes dolor o molestia, puedes soltarlo e intentar de nuevo. Lo más probable es que el pezón se esté alojando en la parte dura de su paladar y por eso el dolor.
  • En caso tal que persista el dolor y genere lesiones también es importante valorar un posible frenillo. Aunque antes debes consultarlo con tu consultora de lactancia.

5. Mejillas redondas

Cuando vemos que las mejillas están abultaditas esto indica que gran parte del complejo pezón-areola está dentro de la boca del bebé y la lengua rodeándolo.

  • Si las mejillas se encuentran hundidas nos indica que nuestro bebé agarró el pezón como chupo y muy poca areola. En este caso también debemos soltar e intentar el agarre de nuevo. Generalmente este escenario se acompaña de una boca poco abierta y un agarre superficial.
  • Asegurémonos de que el bebé abra ampliamente la boca.
  • Puedes realizar ejercicios previos de estimulación en sus mejillas, boca y nariz.

6. Masticando

Es curioso observar que cuando nuestro pequeño esta succionando el pecho vemos que los movimientos de la mandíbula son de arriba hacia abajo, como si estuviera masticando un bocado de comida.

  • No se escuchan sonidos lo que llamamos chasquidos, aunque si podemos escuchar como degluten, tragan.
  • Si observas que la succión se parece a la de un bebé que toma en biberón, indica que el agarre es superficial.
  • Ya has aprendido que puedes soltarlo para volver a lograr el agarre adecuado.
  • Si la molestia o el dolor persisten debes valorar otras posibles situaciones.

Si observas que hay una deficiencia en el agarre puedes revisar los signos de un agarre por mejorar.