Angelina Perna Chaux, IBCLC.

Como una montaña rusa sin fin

Los cambios emocionales y sentimientos de tristeza, pensamientos negativos y de depresión, pueden ocurrirte en esta etapa tan sensible de la maternidad. Cuando empiezas a sentir que estos sentimientos son difíciles de controlar, pasas de la irritabilidad a la tristeza, o estás simplemente evasiva, apática o confundida, haz un alto para analizarte.

Estos sentimientos pueden ser normales y pasajeros, y la mayoría pasan con un buen descanso y apoyo. A medida que nuestras hormonas se regulan y nos adaptamos a los cambios, podemos controlarlos mejor.

Si sientes que:

  • Se te dificulta controlar las emociones.
  • Tus emociones afectan tus pensamientos y modo de actuar.
  • Te sientes agobiada y sin salida.
  • Está afectando la manera de cuidarte a ti misma y a tu bebé.
  • Estás triste, ansiosa o con depresión.
  • Estás sola en este proceso.
  • No sientes empatía por tu bebé o por ti misma.
  • No quieres asumir roles maternales.
  • Sientes que no estas preparada.
  • Te sientes confundida.
  • No das con la lactancia.

¡Busca apoyo! Primero puedes dirigirte a tu pareja, mamá o amiga, contarle cómo te estás sintiendo y buscar soluciones. Tal vez, hablándolo e identificándolo se encuentran las soluciones.

Si estas emociones te hunden en una tristeza profunda, que te va impidiendo disfrutar la maternidad y afectando así, el cuidado de ambos, es importante también hablarlo y buscar apoyo entre pares o con profesionales.

En algunas situaciones en los grupos de madres encuentras esa escucha y palabra que necesitas. Te empatizas de las experiencias de todas y juntas logran apoyarse. Descubres herramientas para aplicar cada día, haces relaciones y aprendes a sanar. Criar en tribu es algo que ya no vemos en nuestra sociedad y los GALM (Grupo de Apoyo a la Lancia Materna) han rescatado la importancia del apoyo que necesitamos las mujeres en la maternidad. Te invito a que conozcas nuestro grupo de apoyo Galm con Amor.

¿Cuál sería el impacto de cuidar o no tu salud mental?

El impacto que tiene la salud emocional transciende más allá de nosotras mismas, también afecta la respuesta de nuestro propio hijo y su salud emocional. La importancia de establecer un vínculo afectivo positivo es clave para la prevención de problemas de desarrollo, emocionales y conductuales durante la infancia y la adolescencia. Sin embargo, para esto también es importante liberarnos de la culpa, comprender y ser comprendidas y nuevamente, buscar apoyo y ayuda cuando lo necesitemos.

¡Recuerda! No siempre somos perfectas y, dentro de la imperfección, está nuestro secreto humano de ser madres.