Angelina Perna Chaux, IBCLC.

Salud emocional y mental de la madre

Ser madre es de las grandes bendiciones que la mayoría de mujeres hemos podido experimentar. A la vez, nos damos cuenta que la maternidad transforma nuestro ser para canalizar nuestra energía y pensamiento al cuidado de nuestro bebé, pero a la vez, nos da un sentido de madurez para también amarnos, sanar y cuidar de nosotras mismas.

Durante el embarazo y el posparto atravesamos por una gran variedad de emociones, sentimientos y actitudes que cambian desde nuestra manera de actuar y de pensar hasta físicamente nuestro cuerpo. Las hormonas son las responsables de llevarnos a ese encuentro con nosotras mismas como madres. Los nueves meses que gestamos vida tienen un propósito, y es el de prepararnos desde nuestra plena consciencia para aprovechar los cambios físicos, fisiológicos y psicológicos que tarde o temprano, nos llevan a MATERNAR.

El vínculo con nuestro bebé empieza en el embarazo y nuestra preparación como madre también. Por eso, es de suma importancia para disfrutar de nuestro bebé y la familia que se está conformando, el comprender nuestra naturaleza humana y saber, que cuidar y dar prioridad a nuestra salud emocional y mental debe ser una prioridad.

Vale la pena que sepas que el embarazo, la lactancia y la maternidad traen y despiertan todo tipo de emociones que pueden llevarnos a sentimientos negativos. El cansancio por la falta de sueño, el dolor de una cirugía, la adaptación con tu bebé, la nueva vida de madre y sus responsabilidades, la falta de apoyo de la familia, una maternidad en soledad, la montaña rusa de hormonas, la tristeza o depresión, las dificultades en la lactancia o así, muchas situaciones más, pueden afectar nuestra salud emocional y mental.

En este post quiero enseñarte pautas que te ayuden a cuidar de tu salud emocional y mental en la llegada de ese nuevo ser al hogar. También a que encuentres las señales cuando algo no anda bien, necesites ayuda y a quién recurrir.

Cómo cuidar de ti misma durante la maternidad

  1. Descansa

A veces se me hace paradójico decirle a una madre que descanse. Quisiera gritarles a los cuatro vientos a todas las madres que, descansen cuando su bebé lo haga, y que esto sería lo ideal. Pero entiendo y comprendo que cuando nuestro bebé duerme lo aprovechamos para hacer cosas que con el bebé en brazos no es sencillo realizarlas, por ejemplo, sacar tiempo para nosotras, asearnos, comer de manera tranquila y caliente o hasta arreglar la casa. Sin embargo, este grito de que DESCANSEN, sigue siendo clave y es importante lograr tener un balance.

Lo importante es saber escucharte y descansar cuando te sientas cansada; acuéstate con tu bebé y verás que ambos descansarán tranquilamente. Además, procura limitar las visitas, en especial en esa primera semana y durante las altas demandas de tu bebé durante los brotes de crecimiento, esto también es clave para tu descanso.

  1. Amamanta

Amamantar a tu bebé te va a generar un estado de calma, relajación y placer gracias a las hormonas involucradas en la lactancia. La liberación de prolactina nos permite relajarnos y mantenernos positivas para el cuidado de nuestro bebé, y la oxitocina favorece el vínculo por los sentimientos de amor y de entrega que dicha hormona genera.

Si amamantar ha sido complejo para ti, recurre al apoyo inmediato de una asesora de lactancia para que tú y tu bebé puedan disfrutar o de esta etapa. Si por otros motivos, no se ha dado el proceso de la lactancia, ánimo, hay otras formas para experimentar la liberación de estas hormonas como escuchar música relajante, respirar esencias que nos estimulen, hacernos un masaje, abrazar y mantener el contacto permanente con el bebé, si es caso piel a piel bañarnos con él, portearlo, en pocas palabras, todo lo que sea contención, amor y contacto.

3. Dedicate tiempo a solas

Estar por momentos a solas nos permite reencontramos con nuestro ser, orar, meditar y poner nuestra mente en calma, nos ayuda a recargarnos de amor y de paz. En este punto te sugiero:

  • Tomar una ducha con agua caliente.
  • Arreglarte, peinarte, hacerte las uñas.
  • Salir a caminar con tu bebé o a solas.
  • Hacerte un masaje relajante.
  • Coloca esencias o aceites esenciales que te ayuden relajarte.

4. Haz cosas que te alegren

Cuando le dedicas tiempo a hacer cosas que te alegran y dan felicidad a tu vida, te renuevas y recargas energía para seguir en esas semanas de mucho cambio. Por ejemplo:

  • Haz ejercicio y así liberas endorfinas.
  • Escucha tu música favorita.
  • Baila en la casa.
  • Ve una película, serie, o programa que te guste mucho.
  • Lee un libro.
  • Llama a una amiga.
  • Ríete a carcajadas.
  • Corre, grita, liberate.
  • Medita, ora o relájate.
  • Colorea, dibuja o pinta.
  • Si te gusta cocinar prepara una rica comida.
  • Sal a caminar, ve a la playa, a la montaña, al bosque, a un rio.
  • Busca la naturaleza, conéctate con ella.
  • Esta lista podría continuar infinitamente…

5. Conforma una red de apoyo

Debes saber que todas las madres en la etapa inicial de la maternidad tras el nacimiento de su bebé, necesitan apoyo. Las mujeres hemos gestado, parido y criado en tribu, apoyándonos unas con otras y siendo el sostén entre todas de la misma comunidad. Hoy en día nuestra sociedad es distinta, sin embargo, entenderlo, nos permite prepararnos para hablar con nuestra pareja, madre o persona que nos acompaña en este proceso y que se convierten de algún modo, en una red de apoyo valiosa.

Para cuidar de tu salud emocional, es fundamental que la red de apoyo que conformaste te brinde ayuda con las labores domésticas en general para que así puedas dedicarte con tranquilidad al cuidado de tu hijo; te apoye con el cuidado del bebé mientras tomas un descanso; te contemple con comentarios positivos y te acompañe al buscar apoyo en la lactancia con un especialista, en caso que así lo requieras…

Es importante que las personas que te acompañan eviten comentarios negativos como decirte qué hacer, interrumpir tu proceso natural de crianza o despojarte del cuidado de tu hijo, ya que esto representa una falla para la relación que estás construyendo con tu bebé. Ten presente, que hay mujeres que por alguna razón requieren de un cuidado adicional, pero si no es necesario, se debe evitar el generar una separación o desvinculación de la madre con su hijo.

6. Asiste a grupos de madres

Estar en contacto con otras madres que viven igualmente una nueva maternidad, es de las cosas que más puede reconfortar tu alma. Sentirte identificada, pertenecida y escuchada, también te libera.

Los grupos de apoyo también son para desahogarse y encontrar esa palabra o abrazo que a veces necesitas. Nadie te juzga y muchas veces, solo con escuchar a otras madres, te da la confianza de saber que estás haciendo las cosas bien.

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