Angelina Perna Chaux, IBCLC.

Muchas mujeres nos preocupamos cuando de repente empezamos a notar que nuestro bebé muestra preferencia por uno de los pechos y poco a poco desinterés por el otro. Los motivos son diversos y no existe una causa absoluta, sin embargo, así el desenlace sea la definitiva preferencia de uno, esto no significa que sea el fin de la lactancia. ¡Podemos seguir perfectamente amamantando con un solo pecho!

Comprendo que es un tema que puede generar ansiedad, tristeza y confusión y que lo más probable es que, en primicia no estemos preparado para ello. Madres con alguna condición como alguna cirugía en los pechos, asimetrías notorias, entre otras, pueden ser mas susceptibles a que esto ocurra. Sin embrago, no es un hecho y muchos bebés simplemente así lo deciden.

Identificar a tiempo la posible causa puede guiarnos a solucionarlo. La buena noticia es que la naturaleza es tan sabia y perfecta que bajo condiciones normales, la otra glándula se adapta para abastecer la demanda del pecho no deseado por el bebé, así continuando con una lactancia plácida y duradera. La otra glándula simplemente perderá el estímulo de succión del bebé y de manera gradual con el transcurso del tiempo, irá retornando a su tamaño y forma natural.

Las posibles causas que conllevan al bebé a preferir uno de los pechos.

Quisiera abstenerme de utilizar la palabra rechazo del pecho porque en general es una preferencia por el otro en la que el bebé se siente más placido, cómodo, se alimenta correctamente y la transferencia de leche es la ideal para él, entre otras cosas.

  1. Posición más cómoda

Muchas veces la preferencia del bebé por un pecho se debe a una posición incómoda de alguno de los dos, prefiriendo así el lado que mayor placer le brinda.

La manera como algunas mamás cargan a sus bebés puede resultar en que sea más fácil lactar mejor de un lado que del otro. Muchas mamás diestras o zurdas no son capaces de sujetar cómodamente al bebé de su lado opuesto lo que puede afectar la colocación apropiada al seno.

Así mismo la forma como el bebé quede agarrado al seno, algunas veces puede verse afectada por cierta condición de los pechos de la mamá, como cuando los pezones están hinchados e incluso cuando estos son demasiado grandes para la pequeña boca del bebé.  Estas situaciones pueden ser difíciles para el bebé en el momento de sujetar correctamente el seno y sencillamente acaba por preferir el pecho que le cuesta menos trabajo.

2. La orientación de los pezones

La orientación de los pezones puede influir en un principio, ojo, puede, aunque no es lo usual. Algunos bebés, en especial los recién nacidos no logran un acople de inmediato y el seno tiende a salirse de su boca.

A medida que el bebé crece y gracias a unas cuantas prácticas, aprende por sí solo a agarrar bien el seno. Es una situación en la que la madre debe armarse de mucha paciencia, intentar distintas posturas e informarse para ayudar a su bebé a prenderse correctamente al pecho.

Con la práctica he percibido que es poco lo que se tiene en cuenta la orientación de los pezones, sin embargo, debe valorarse cuando un bebé empieza a preferir uno de los pechos. Posiblemente la forma como este se dispone dentro de la boca del bebé no es la adecuada y le cuesta más para extraer la leche. Puedes revisar las distintas posiciones de amamantamiento para dar con una cómoda y propia.

3. Desajuste en la transferencia de leche y el reflejo de eyección.

En bebés mayores se observa que la preferencia de un pecho puede darse porque en el otro la transferencia de leche es menor y por lo tanto deben hacer un esfuerzo mayor, necesitando más tiempo para extraer lo necesario. Esto lleva a afectar la producción a un menor volumen de oferta.

La transferencia menor de leche puede verse afectada por:

  • Cirugías de aumento: Los nervios, conductos lactíferos y glándula mamaria pueden atrofiarse durante las cirugías. Sin embargo, los nervios afectados pueden retrasar el reflejo de bajada de la leche, aunque estos se regeneran con el tiempo. En cambio, los conductos lactíferos dañados no se regeneran, amenazando la producción de leche y afectando enormemente la lactancia. Los implantes también pueden oprimir la glándula impidiendo la salida de la leche y generando procesos inflamatorios.
  • Otras cirugías de mama: Las cirugías de reducción mamaria, reconstructivas o de extirpación de algún tumor o quiste, pueden afectar por las mismas razones anteriores. A esto se le suma la extracción de una parte o de toda la glándula ya que es difícil diferenciarla dentro del tejido graso.
  • Pobre estimulación temprana de la glándula: La estimulación en las primeras semanas de vida es fundamental para establecer la proliferación de los receptores de prolactina que estarán presentes durante la lactancia. Una estimulación inadecuada sin importar el motivo que sea, puede afectar esta generación de complejos moleculares necesarios para la producción y por ende una menor transferencia de leche.
  • Composición de la glándula mamaria: La masa seca de la glándula tiende ser similar entre las mujeres. Lo que nos diferencia el tamaño del busto es el tejido graso. Sin embargo, a nivel celular el número de lóbulos, lobulillos y alvéolos se puede diferenciar entre la misma persona.

En el caso contrario también se ha observado que un reflejo de eyección exagerado que le propicie continuos atragantamientos puede ser otro factor causal de la preferencia de uno de los pechos. Esto puede deberse a una sobreestimulación de la glándula generalmente asociada con problemas desde el agarre hasta casos de extracciones innecesarias.

4. Dolor o molestia general del bebé

Ciertos bebés cuando nacen, ya sea por parto vaginal o por cesárea, sufren lesiones como hematomas o hinchazones en la cabeza, consecuencias de un traumatismo obstétrico.

Algunas de las causas de dichas lesiones son por la misma contracción y comprensión durante un trabajo de parto largo o por maniobras ejercidas por los médicos para rotar y tirar, buscando ayudar al nacimiento del bebé. En determinados casos un bebé llega a sufrir fracturas en la clavícula como se observa en los partos podálicos.

Un dolor o molestia del bebé puede mostrar incomodidad y no se siente a gusto en ninguna posición para amamantar. Ocurre generalmente cuando el bebé fue vacunado, presenta aftas en la boca, por salida de los dientes, dolor de oído u otra molestia física.

Hay que descartar un problema de salud mayor que se puede detectar por un llanto característico de dolor. Es importante verificar el origen para tratarlo y lo más probable es que cuando el dolor o molestia mejoren el bebé vuelva a tomar de ese pecho.

5. Mastitis no diagnosticada

La mastitis es una sola condición que se resume en una inflamación de la glándula mamaria que puede estar o no asociada a una infección. Sin embargo, hoy en día la han catalogado según la patogenia y sintomatología.

Algunas mastitis no generan los típicos síntomas de enrojecimiento y fiebre característicos y otras pueden pasar desapercibidas que, al no tratarse a tiempo, pueden hacer que sea demasiado tarde para prevenir la preferencia unilateral de un pecho debido al cambio del sabor.

Es típico que una mastitis no infecciosa o una mastitis subaguda se genere por el incorrecto vaciamiento del pecho, creando una acumulación de leche que al tiempo desata una respuesta inflamatoria. Lo que finalmente hará que la leche se vuelva menos dulce y más salada, y esto ocurre porque se aumentan los niveles de sodio y cloro y se disminuye la lactosa y el potasio. El sabor de la leche mejora cuando se diagnostica a tiempo y se realiza un vaciamiento constante y completo del pecho, el bebé vuelve a retomarlo.

Cómo manejar la preferencia unilateral del seno

Es importante identificar a tiempo la posible causa de la preferencia del bebé por un seno para trabajar en ello. Muchas veces esto puede ser transitorio y el bebé vuelve a tomar el seno con normalidad, en tanto que otras son permanentes y va dejándolo gradualmente.

Se pueden hacer maniobras como ofrecer el seno que se ha abandonado en las noches cuando el bebé esté dormido, recién despierto o somnoliento ya que generalmente resulta inútil cuando el bebé está despierto. También puede funcionar cambiar de seno manteniendo al bebé en la misma posición

En el caso de una cirugía previa en los senos se debe estimular con más frecuencia el pecho no deseado por el bebé. También mientras mame se puede realizar compresión en el seno como extrayendo la leche, esto ayudará en la transferencia y como resultado se mantiene la producción.

En caso de una preferencia absoluta de un pecho se debe seguir extrayendo para disminuir de manera gradual la producción. Pese a esto, si la producción no cesa por completo, es importante extraer lo poco que se produce para evitar una mayor complicación.