La clave está en la posición

Angelina Perna Chaux, IBCLC.

Estamos en una sociedad en la que poco se conoce sobre la manera de dar el pecho. Desde décadas atrás, los medios de comunicación, la industria alimentaria y las empresas que fabrican artículos para bebés, han dañado la imagen de la mujer amamantando.

La gran mayoría de mujeres de esta época tenemos de referente que la forma como se debe cargar a un bebé para ser alimentado, es la de acunarlo y sostenerlo en brazos. Y esto es un gran error que, por ser esta la imagen pregrabada en nuestra conciencia desde pequeños, ha sido la causante de seguir este mal ejemplo cuando amamantamos a nuestros bebés.

Las imágenes a continuación muestran un dibujo animado y una mujer alimentando a un bebé con biberón; aquí está el claro ejemplo de lo descrito. Es por esto, que antes de revisar en detalle el agarre de un bebé, es primordial revisar la posición en la que está siendo amamantado.

¿Cómo identificar y solucionar una posición poco adecuada de nuestro bebé?

1. El cuerpo mira hacia arriba.

Cuando el bebé es sujetado con su cuerpo mirando hacia arriba se ve obligado a girar la cabeza de medio lado para alcanzar el pecho, como se observa en la siguiente imagen. Esto afecta enormemente el agarre, en especial en bebés pequeños, dando como resultado tomas largas y agotadoras. Se puede presentar dolor al amamantar y grietas en los pezones y si no se corrige a tiempo, podrían generarse otras complicaciones desde obstrucciones hasta mastitis. Puedes revisar el post los signos de un mal agarre y sus consecuencias.

La solución a este problema es muy sencilla, girar a tu bebé con su cuerpo completamente de frente al tuyo, barriga con barriga y la cara de frente al pecho. Observemos la imagen a continuación. Cuando la posición es la adecuada y se siente cómoda se revisa el tema del agarre al pecho.

2. Sientes que tu bebé  está incómodo.

Una posición incómoda de tu bebé puede resultar con dolor en su cuello o torticolis, un rechazo al ser amamantado, no por el pecho en sí, sino por el dolor. También hay que descartar si sufrió traumas físicos durante el parto, le pusieron vacunas recientemente, tiene dolor de oído o algún factor que le genere una molestia física, si es así, tu bebé te lo hará saber.

En caso tal, se debe intentar distintas posiciones de amamantamiento para que ambos, tú y tu hijo, se sientan cómodos.  Es recomendable consultarlo con el pediatra y tu consultora de lactancia.